"Hacemos esto para que cada uno de nosotros, aquí y en todo lugar, sepa que es portador, para la totalidad de sus semejantes, de un testimonio y de un mensaje que no se parecen a ningún otro, y que corresponde a él producirlo y donarlo, donarlo, bajo pena de que se pierda"(René Maheu)
lejana vibracion de esquilas mustias en el aire derrama la fragancia rural de sus angustias. en el patio silente sangra su despedida el sol poniente. el ambar otoñal del panorama toma un frio matiz de gris doliente!
al porton de la casa q el tiempo con sus garras torna ojosa, asoma silenciosa y al establo cercano luego pasa, la silueta calmosa de un buey color de oro, q añora con sus biblicas pupilas, oyendo la cancion de las esquilas. su edad viril de toro!
al muro de la huerta, aleteando la pena de su canto, salta un gallo gentil, y, en triste alerta, cual dos gotas de llanto, tiemblan sus ojos en la tarde muerta!
languido desgarra en la vetusta aldea el dulce yaravi de una guitarra, en cuya eternidad de hondo quebranto la triste voz de un indio dondonea, como un viejo esquilon de camposanto.
de codos yo en el muro, cuando triunfa en el alma el tinte oscuro y el viento reza en los ramajes yertos llantos de quenas, timidos, inciertos, suspiro una congoja, al ver q la penumbra gualda y roja llora un tragico azul de idilios muertos!
2 comentarios:
lejana vibracion de esquilas mustias
en el aire derrama
la fragancia rural de sus angustias.
en el patio silente
sangra su despedida el sol poniente.
el ambar otoñal del panorama
toma un frio matiz de gris doliente!
al porton de la casa
q el tiempo con sus garras torna ojosa,
asoma silenciosa
y al establo cercano luego pasa,
la silueta calmosa
de un buey color de oro,
q añora con sus biblicas pupilas,
oyendo la cancion de las esquilas.
su edad viril de toro!
al muro de la huerta,
aleteando la pena de su canto,
salta un gallo gentil, y, en triste alerta,
cual dos gotas de llanto,
tiemblan sus ojos en la tarde muerta!
languido desgarra
en la vetusta aldea
el dulce yaravi de una guitarra,
en cuya eternidad de hondo quebranto
la triste voz de un indio dondonea,
como un viejo esquilon de camposanto.
de codos yo en el muro,
cuando triunfa en el alma el tinte oscuro
y el viento reza en los ramajes yertos
llantos de quenas, timidos, inciertos,
suspiro una congoja,
al ver q la penumbra gualda y roja
llora un tragico azul de idilios muertos!
el poema es aldeana, de cesar vallejo
Publicar un comentario