lunes, agosto 06, 2007


los cielos hablaron fuerte bajo la lluvia de un renacer, mientras sebastian, sentado en la colina, juntaba reminiscencias aboriginales entre las cadencias de ciertos tambores que marcaban el hito cincuentidos de un camino presentido desde un universo fractalizado. la bruma delineaba los bosques, con aquel matiz de atemporalidad que se filtraba desde la ultima palabra pronunciada en la comunion de los cuerpos. la mujer salvaje lo esperaba, al filo de un sentimiento rescatado desde aquella antigua alquimia que los magos donadores de sentido, inscribieron en la elipse de su adn. solo le quedaba esperar que el olvido despertara.

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