sábado, diciembre 15, 2007


Entendía que sus lecturas más vitales las hizo en una edad muy temprana, había sido como construir una pared sin columnas, pues no contaba con esa herencia simbólica necesaria que hubiera de soportar el andamiaje de su ser haciéndose en el curso de la historia y comprendiéndose más allá de la conciencia; existían demasiados vacíos que llenar para dar a su existencia un contenido de sentido en medio de los signos. Esa mañana, después de una noche marcada con la ruptura, llegaba a una cierta convicción del porque Gregorio se transformó en un monstruoso insecto. Esa imposibilidad de situarse dentro de la vida urbana, representada sólo por la chatarra y la arena mezclada con cemento y hierro que lo rodeaba sin referencias, lo llevaría a mutar también en un insecto, pero no en uno abominable, quizás, en un insecto Palo como el que había conocido en aquella escuela de chocolate; entonces, quedaría colgado de alguna rama y aprendería un lenguaje más simple, cuyo contenido y motivación serían tal vez los mismos, comunicarse para sobrevivir, pero sin recuerdos que lo distorsionen. Presentía en esos instantes que el camino por venir, estaba signado por la memoria de aquella lejana noche tendido en el desierto ante el cielo mudo de palabras, pero elocuente en el silencio. ¿De quién recibiría el consolamentun antes de partir?

No hay comentarios.: