martes, noviembre 06, 2007


Sus sueños se habían poblado de una serie de imágenes, la mayoría de las cuales no podía recordar;sin embargo, una escena permaneció intacta: un amigo Matemático que hacía algún tiempo requirió su asesoramiento para la compra de una casa, lo visitaba llevándole un documento que debía contener, en la realidad, datos sin mayor trascendencia, pero en el sueño, cuando el miraba el papel, éste contenía una serie de símbolos que hacían alusión al Yok´Ha, una especie de ejercicio Yoga practicado por los antiguos Mayas; el tema se volvía a repetir, pues días atráz también experimentó un sueño parecido en el que recorría un laberinto,en cuyo trayecto, era avistado desde los muros del recinto por unos personajes ataviados con la vestimenta propia de ese pueblo, los cuales iban ejecutando a su paso los movimientos propios de esa
disciplina. Eso era todo, no había hecho mayor análisis de aquel contenido onírico, hasta que más tarde, cuando se disponía a realizar sus labores, un impulso lo llevó a buscar temas sobre Física Cuántica, entonces entre varios enlaces, escogió uno cuyo título se basaba en el libro de de Ervin Laszlo, "la Ciencia y el Campo Akásico": una teoría integral del todo, una introducción no-técnica del Universo informado.
Ésta es la opinión que encontré sobre el autor y la obra que más se relacionaba con el conjunto de hechos y símbolos que lo había motivado en la búsqueda:
"Verdaderamente, es extraño que una revolución del pensamiento pueda abrirnos
los ojos a un nuevo universo que transforme nuestra experiencia interior
y nuestra relación con los otros e incluso con el cosmos. Martin Buber ya lo
hizo con Yo y tú. Ahora, Ervin Laszlo, una de las mentes más profundas de
nuestra generación, nos hace un increíble regalo con este interesante libro, que
explora cómo estamos conectados unos con otros en campos de resonancia
que penetran hasta los más profundos niveles del ser."
ALLAN COMBS,
Profesor de Psicología, Universidad de North Carolina en Asheville y
autor de The Radiance of Being

Luego encontró un estracto del Manifiesto del Club de Budapest que Laszlo, junto con otros científícos e intelectuales, habían constiuído, el cual se explicaba por sí mismo:

"El manifiesto original del Club, llamado «Manifiesto de la Conciencia
Planetaria», que se adoptó en 1996, explica con detalle sus objetivos
y las razones de los mismos:
En los últimos años del siglo XX, hemos alcanzado un punto crucial en
nuestra historia. (...) Estamos evolucionando desde las sociedades industriales
que se crearon en el amanecer de la primera revolución industrial,
hasta el sistema cultural, económico y social interconectado, basado
en la información, que se extiende por todo el globo. La trayectoria de
esta evolución no es regular: está llena de sorpresas y conmociones. El
siglo [XX] ha sido testigo de varias de las mayores oleadas de crisis y
sobrevendrán otras en no mucho tiempo. La forma en que decidamos
enfrentarnos a las presentes y futuras conmociones decidirá nuestro
futuro y el futuro de nuestros hijos y nietos. (...)
Si conservamos creencias y valores obsoletos, una conciencia fragmentada
y un espíritu egocéntrico, nuestras metas y comportamientos
también se mantendrán arcaicos. Y tales comportamientos seguidos
por un gran número de personas bloquearán la transición completa
hacia una sociedad global interdependiente pero cooperativa. Existe
ahora una obligación, tanto moral como práctica, para cada uno de
nosotros de ir más allá de la superficie de los acontecimientos, más allá
de las polémicas y argumentos de las políticas prácticas, los titulares
sensacionalistas de los medios de comunicación y de las modas de los
cambiantes estilos de vida y de trabajo, una obligación de sentir el suelo
deslizándose por debajo de los acontecimientos y de percibir la dirección
que está tomando: evolucionar el espíritu y la consciencia de forma
que podamos percibir tanto los problemas como las oportunidades
y de que podamos actuar sobre ellos. (...)
En la mayoría del mundo, el potencial real de los seres humanos está
tristemente subdesarrollado. (...) El resultado es la persistencia de la opresión
social y política, de la guerra económica, de la intolerancia cultural,
del crimen y de la indeferencia hacia el medioambiente. El desarrollo
socioeconómico exige eliminar las enfermedades y frustraciones sociales
y económicas y esto no es posible sin una mejora en la calidad de la
educación, de la información y de la comunicación. Este proceso, sin
embargo, está bloqueado por la ausencia de desarrollo socioeconómico,
de forma que se ha producido un círculo vicioso: el subdesarrollo crea
frustración y la frustración, además de hacer aflorar comportamientos
incorrectos, bloquea el desarrollo. Este círculo debe romperse en su
punto de mayor flexibilidad, y éste es precisamente el desarrollo del
espíritu y la conciencia de los seres humanos. Lograr este objetivo no
soluciona la necesidad del desarrollo socioeconómico con todos sus
recursos técnicos y financieros, pero exige una tarea paralela en el campo
espiritual. A menos que el espíritu y la conciencia de la gente evolucione
hacia una dimensión planetaria, los procesos que tensionan a la
naturaleza/sociedad globalizada se intensificarán y crearán una oleada
de conmociones que pondrán en peligro la transición completa hacia
una sociedad global cooperativa y en paz. Esto supondría un retraso
para la humanidad y un peligro para todo el mundo. La evolución del
espíritu y de la conciencia humana es la primera causa vital compartida
por la familia humana en su totalidad".
Al final se encontró con ésta frase de Gandhi, que lo hizo reflexionar sobre la epigenética social que lo estaba afectando personalmente:
" Se tú mismo el cambio que quieres ver en los demás"
Gran reto, se dijo.
(*) El Mandala que falta en la fotografía, que "extrañamente" desapareció, hacía alusión a varios pueblos y razas unidos por una misma sangre.

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