domingo, octubre 08, 2006




Colan siempre fue para el grupo, el espacio natural de retiro para recobrar las energías antes de volver a Lima acabadas las vacaciones de verano. Allí, gracias a la madre del chino, recuperábamos el peso y la cordura que habíamos perdido por los interminables días de adrenalina y amanecidas; era tiempo de paz y tranquilidad, de mostrar respeto por la familia que nos acogía. Sólo estaban permitidos algunos porritos a la hora del ocaso, en las noches de luna; sentados sobre la baranda, escuchábamos en silencio al mar que rumoreaba por debajo de la casa, en sintonía con nuestro pulso interior.

Sarita se le acercó a Sebastián, y lo miró como sólo ella podía hacerlo, con esos ojos azules que atravesaban cualquier oscuridad. Me dicen que andas saliendo con una linda chica a mis espaldas; ¿porqué no vinieron juntos?- le inquirió Sara sonriendo con la coquetería que la caracterizaba- Sebastián la había conoció a Sara a través de un tipo que era dueño de las mas concurridas Discotecas de Lima y el Sur, ella junto con Soledad, eran las Representantes Legales y Relacionistas Públicas de la corporación; muy respetadas por su profesionalismo, con estudios de Hotelería y Turismo en España, habían aprendido el oficio trabajando en las mejores Discotecas de Ibiza; por su simpatía y entusiasmo, eran capaces de convertir el Rave mas frío, en una explosión controlada; Soledad, además, había seguido estudios de Danza Moderna en New york, y era la encargada de las coreografías que realizaban las chicas en la barra, y de seleccionar a los Dj’s invitados. Aunque Sebastián no era afecto a esos lugares, o eventos como los Raves, se vio introducido en ese medio por asuntos profesionales, cuando Julián le encargó la compra de las acciones de la corporación propietaria de aquellos negocios, lo cual motivo su circunstancial relación con Sara y Soledad, el dúo de oro. Fue en tales circunstancias que Sebastián le presentó a Sara, y los dos se flecharon en el primer contacto, e igualmente Sebastián no logró eludir los sortilegios de la magnética Soledad-Eres feliz con ella- le inquirió Sara- ¿Feliz?- es una pregunta complicada Sara, tu me conoces- respondió Sebastián, para luego agregar- me siento bien a su lado sí, y la pasamos de maravilla- pero se va pronto a España para seguir estudios de especialización- concluyó- además inteligente- acotó Sara con un toque de ironía- Sebastián lanzó una mirada retadora, mientras Sara intentaba disimular su última intervención, sirviéndole una copa de vino en el mismo instante que aparecía Julián con una mirada perversa del brazo de Soledad.

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