sábado, julio 07, 2007

cuando entro al bar, encontro a Soledad leyendo apoyada sobre la barra, de espaldas al gran ventanal que miraba hacia la tarde que se arrastraba encendida desde la orilla de la playa; tan variados colores se mezclaban en el cielo, que debio hacer un esfuerzo para recordar aquellos matices olvidados desde el invierno en lima. no hizo ningun ruido al entrar para que no se escapara aquel instante, aunque el intento fuera vano porque, al mismo tiempo, Soledad levantaba ya la mirada para entregarle una sonrisa redentora.

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