martes, octubre 30, 2007


Lamentablemente se vio forzado a replantear la ruta que seguía en sus diarios paseos a pie; la razón, simplemente el olor a mierda que había inundado aquella discreta arboleada alameda, convertida ahora, en el depósito digestivo de una jauría guiada por vecinos indolentes recientemente arribados por efecto de aquel proceso acelerado de gentrificacion que se había producido en el barrio, lo cual había transformado las calles de antiguas casonas, en una jungla de enormes edificios multi-canes-familiares.Todavía conservaba aquel cariño irrenunciable por los perros, pues desde niño por los menos recordaba tener a su lado un par de ellos;tanto era así, que después de lograr un consenso con M, se hizo de un cachorro Beagle cuya raza, según el hábil proveedor, era de un equilibrio emocional característico en su especie, es decir, en buen romance, el bicho no tenía por costumbre ladrar por quítame estas pajas. Con esmero y cariño, guió su crecimiento hacia el buen comportamiento; sin embargo, pasaron algunos meses y el apachurrable animalito parecía no enterarse de la sindéresis con la cual venían equipados los genes de su estirpe y, más aun, notaba que su reloj biológico estaba programado con un uso horario no compatible con los procesos de sueño y vigilia de estos lares, pues de pronto arrancaba a ladrar(fuera de todo muy simpático su estilo)siempre a las cuatro de la madrugada-muy Inglés por cierto en cuanto a la puntualidad-Pese a no obtener queja alguna de sus bulliciosos colindantes, consideró necesario, por ese hábito extraño en estas tierras de aferrarse a la coherencia, proceder como un padre desnaturalizado entregándolo en adopción con la finalidad de contribuir con la paz social.

2 comentarios:

Margot dijo...

Te advierto que empieza a ser adictiva tu entrega diaria... como los tebeos de mi infancia por fascículos cuando esa palabra no existía aún en los quioscos...

Un abrazo a ti y Sebastian

XIGGIX dijo...

jaaa!! gracias a ti, se cumple la finalidad de todo escrito, llegar a otro ser y arrancarle de la intimidad de su existencia, alguna emocion...
abrazos andinos