domingo, noviembre 25, 2007


No sabía porque esos instantes que fluyeron la primera tarde de su llegada, se quedaron en un rincón de sus recuerdos, hasta que hubo de leer cierto texto que los extrajo de aquellos pliegues de su memoria. Almorzaron ese día y se fueron a descansar, pues estaban despiertos desde las tres de la mañana para el vuelo a Piura. Luego de una reconfortante siesta, se dirigió a la playa para gozar de su primera puesta de Sol y tomar algunas fotografías, mientras Camila intentaba recuperar sus sueños. El viento a esa hora, como en todo el norte, soplaba con una fuerza irresistible y dialogante; lentamente siguió el contorno resplandeciente de la playa, el cual, por breves momentos era absorbido por la espuma dibujando irrepetibles geometrías en cada orilla. Absorto ante aquel lienzo cubriéndose de inefables matices por alguna una mano invisible, apareció inadvertido, a su lado, un perro Labrador muy bello que lo empezó a seguir mientras disparaba su cámara; en un instante pensó que pronto se marcharía, pero no, lo seguía al paso que daba como si fuera un viejo conocido; se notaba que estaba entrenado por ese modo de caminar paralelo a él, sin adelantarse, aunque cuando se demoraba mucho en un objetivo, avanzaba un corto trecho, para luego voltear la cabeza con una expresión de apremio; al tomar un descanso sobre algún pequeño médano, Bob, como así lo bautizara en alusión a Marley por su buena onda, se recostaba sobre su cuerpo observando pacientemente el mismo paisaje, como dos buenos amigos. Al volver hacia el hotel, lo siguió hasta determinado punto y se marchó tal como vino, de improviso, como quien no tiene ya más que ofrecer. No lo volvió a ver en los días siguientes, tanto así, que Camila le dijo que lo había alucinado; sin embargo, allí estaba retratado. Gracias amigo Bob por aquella sincronía, espero que vuelvas a escoltar a otro solitario caminante.

2 comentarios:

Margot dijo...

Y seguimos de ruta... me he sentido identificada con Bob... jajajaja

XIGGIX dijo...

jaaa, Marguis, espero que no en el instante que desaparece...